El ecosistema fintech ha experimentado un crecimiento considerable desde 2018 con números que superan el 100% desde entonces. Asimismo, la pandemia causada por el COVID-19 aceleró el proceso de digitalización, favoreciendo el crecimiento para dicha industria.
Otro de los datos relevantes brindado por el informe es que las 2.482 empresas fintech latinoamericanas representan el 22,6% del total que existe a nivel mundial. De este porcentaje, Brasil y México lideran los dos mercados más grandes de la región, agrupando más de la mitad de las fintech.
Sin embargo, todo crecimiento trae aparejados diversos desafíos que afrontar. En este caso, la acelerada y sorpresiva digitalización a nivel mundial mencionada previamente implica una mayor vulnerabilidad y exposición a ciberataques, cuestiones clave que no deben ser dejadas de lados, entre otras mencionadas en el informe. Según una fuente mencionada, el 34% de las empresas de la región han sido víctimas de códigos maliciosos.
Entre los riesgos financieros enumerados por el BID, se enumeran tres tipos:
- Disrupciones de las tecnologías de información que utilizan y la consecuente indisponibilidad de sus servicios;
- Afectación a la integridad, confidencialidad y disponibilidad de la información que gestiona la institución, incluida la de sus clientes;
- Pérdidas económicas a las propias instituciones o a sus clientes.
Alrededor del 80% de las fintech reconoce que los ciberataques representan una amenaza para sus negocios y, actuando en consecuencia, casi la mitad de ellas ya dispone de un pan de contingencia mientras que el 28% planea poner en marcha uno.
De esta manera, las empresas de la industria llevan a cabo la desafiante tarea de generar la confianza que genera una institución financiera tradicional con el objetivo de que los usuarios adopten sus soluciones con la misma tranquilidad.